Conoce a Salmy, el perrito científico de la UNAM que ayuda a convertir el aceite vegetal en jabón
En la Facultad de Química de la UNAM tres expertos juntaron sus especialidades para crear un proyecto de economía circular con el acopio de aceite vegetal usado. Salmy, un perrito rescatado, lo acopia mientras que científicos lo transforman en jabones para evitar la contaminación de miles de litros de agua.
Los viernes son los días favoritos de Salmy, un perrito rescatado, porque desde las 10:00 hasta las 14:00 horas, junto con la química en alimentos Juana Villeda, instalan en la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) un centro de acopio de aceite vegetal usado y un taller para realizar figuras de jabones, que resultan de los litros del aceite que la comunidad universitaria recicla en casa.
Con rigurosos procesos en el laboratorio, el aceite vegetal reciclado es analizado para después procesarlo a partir de un procedimiento conocido como saponificación y así dar origen a la materia prima de los jabones que crearán.
Esto significa que el aceite que usado para cocinar y que sobró en casa o negocios es convertido en jabones. La fabricación y moldeado de este producto ha tenido beneficios en los estudiantes de la UNAM, ya que se convierten en un momento de terapia para las y los jóvenes, incentivando su creatividad.
Para Salmy y Juana Villada, los viernes son un día importante porque reciben el aceite usado que recolectan de los negocios de comida y cafeterías que se encuentran alrededor de la Facultad de Química y dentro de la periferia de Ciudad Universitaria.
El Inventario de Residuos Sólidos 2021 de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) señala que las grasas y aceites de origen animal y vegetal son residuos que deben manejarse de forma distinta a los residuos orgánicos e inorgánicos.
Esto se debe a los daños que puede causar para el medio ambiente, la infraestructura pública y la salud. Según datos de la Sedema, un litro de aceite usado puede llegar a contaminar hasta 40 mil litros de agua potable. Una vez frío se endurece y puede obstruir tuberías o cañerías, impidiendo el acceso al agua o taponamientos.